La decisión del gobernador Ricardo Clemente Quintela de no trasladar a la población riojana el cuadro tarifario de energía eléctrica que el Gobierno nacional dispuso desde febrero pasado, fue una medida que tuvo un impacto positivo en la economía de muchas familias ya que evitó subas exorbitantes en los sectores de ingresos más bajos.
Desde marzo, el gobierno provincial desplegó diversas medidas económicas para amortiguar los aumentos y resguardar el bolsillo de las familias riojanas.
Con el último cuadro tarifario que informó el Gobierno nacional, los usuarios N2 de La Rioja (sectores de bajos ingresos) pasarían a pagar 15 veces más de lo que abonaban por el servicio eléctrico. Sin embargo, decidió no trasladar esos costos a los residentes de su provincia. «Un usuario residencial N2, que son los sectores de ingresos bajos, pagan un promedio de entre 5.000 y 12.000 pesos, ese volumen se iría de 12 a 15 veces más. Es decir, pagarían entre 60.000 y 130.000 pesos por mes», señaló el director de EdeLaR, Jerónimo Quintela.
Sin embargo, el gobernador Quintela optó por no aplicar esa actualización, teniendo en cuenta que en febrero se hace un uso intensivo de la electricidad a raíz de las altas temperaturas por lo que solicitó a Edelar no aplicar el aumento, dejando vigente los precios nacionales que se tenían a enero de 2024. De igual modo, el mandatario tomó similar medida un mes después, es decir, decidió no trasladar el aumento a los consumos de energía correspondientes a marzo.
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