En mi carácter de Secretario de DDHH de La Rioja y familiar directo del nieto 121, que recuperó su identidad gracias al Banco Nacional de Datos Genéticos y la tarea Institucional de la CoNaDi – Comisión Nacional por la Identidad-, ambos creados por ley; me sumo a la advertencia a los legisladores que se preciénde de democráticos, que pongan el ojo y la decisión de evitar lo que la ley llamada bases está a punto de consumar, que es: la posibilidad de disolver, a través de la delegación de facultades sin limites al Presidente, estos Institutos fundamentales, que garantizan la búsqueda de niñxs nacidxs en cautiverio o apropiadxs en el secuestro y desaparición de sus progenitorxs, circunstancias que patentizan la criminalidad del terrorismo de estado y permite la restitución de la identidad vulnerada.
Además, el Banco de datos genéticos, también permite encontrar la identidad de cuerpos de personas asesinadas y/o detenidxs desaparecidoxs del plan sistemático de exterminio.
Es terrible para el Estado de derecho, la democracia, la lucha por memoria, verdad, justicia e identidad y el cumplimiento de las Convenciones Internacionales, a la que la Argentina reconoce constitucionalmente, que estos y otros organismos, queden a tiro de lápicera, de la discrecionalidad del gobierno de turno, que en este caso, está encaprichado de negacionismo y de teorias que reivindican y/o justifican el terror.
Por favor: salvemos la Institucionalidad, de la «motosierra» que quiere barrer y arrasar con todo y con todxs.
Delfor «Pocho» Brizuela
Secretario de DDHH de La Rioja
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