Se trata de la peor caída de la recaudación en lo que va de 2024, un año en el que salvo en mayo en todos los meses ingresaron menos recursos al Estado que en 2023.
El desplome está traccionado sobre todo por una baja del 19,5% en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), un tributo que está relacionado de manera directa con el consumo de la población.
En detalle con respecto de al mes de junio de 2023 y en términos reales (si se descuenta la inflación), el impuesto que más cayó es Bienes Personales, con un 60,6% de contracción, seguido por las retenciones, que perdieron 36,8%.
Ganancias se desplomó un 17,4% y los ingresos por seguridad social, 11,2%
Entre los que crecieron se destaca el Impuesto PAIS, que subió 279,3% interanual y se consolida como la principal fuente de ingresos de una recaudación en crisis. El impuesto a los combustibles líquidos también aumentó, en este caso 14,6%.
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